Sociedades psicoanalíticas

El punto de partida de lo que legítimamente podemos llamar «movimiento lacaniano» fue rico en promesas, y permitió creer en una saludable renovación del funcionamiento de las Sociedades psicoanalíticas. Las aperturas y enriquecimientos teóricos que aportaba la enseñanza de Lacan justificaban la esperanza de que sus aplicaciones en el seno de una Sociedad permitirían evitar los escollos con que hasta entonces nos habíamos topado. El indisimulable fracaso que de esto resultó es particulamlente inquietante, pues plantea el problema de la alienación que la constitución de toda sociedad de analistas parece inducir: ¿se trata de una alienación inevitable? ¿es posible precaverse de ella?

Piera Aulagnier

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba